22 de març, 2013

Recuerdos de Bebo

Bebo Valdés en Púbol, tocando el piano de Gala y Salvador Dalí.

(Text en català a continuació)

Por Joan Anton Cararach

Se fue un gigante. No sólo de la música cubana, sino de la música en general. Porque Bebo iba más allá de cualquier etiqueta. Una tarde con él significaba hablar sin solución de continuidad del batanga, el ritmo que no triunfó porque todavía hoy su música es demasiado moderna y atrevida, hasta Art Tatum, pasando por los conciertos de piano de Serguei Rachmáninov y las canciones de Barbra Streisand, tres de sus ídolos. Trabajar con él fue siempre una fuente de alegría y conocimiento.

Dicen los que conocieron a Duke Ellington que tenía como una suerte de aureola a su alrededor. Yo no conocí a Ellington, pero sí que he tenido el inolvidable honor de estar muy cerca de Bebo durante muchos años, desde que en 1998, cuando trabajaba como periodista y él vino a Barcelona invitado por Eladio Reinón, le entrevisté y al terminar nuestra conversación él mismo le pidió al fotógrafo enviado por el periódico que nos sacara una foto a los dos juntos. Años después, como director artístico del festival de jazz de Barcelona desde el 2003 (mi primer concierto fue una maratón Bebo con Diego el Cigala y Lágrimas negras más el dúo con el violinista Federico Britos) y de The Project, todos nosotros hemos tenido otro gran honor: convertir a Barcelona en la única ciudad en el mundo (en el Auditori, en el Grec y en el Palau) en la que Bebo Valdés presentó todos y cada uno de sus proyectos.

Hoy, por supuesto, es un dia muy triste, pero también un día alegre porque, siguiendo las órdenes que siempre nos dio Bebo recordando los velorios de Quivicán, estamos escuchando sin cesar su música, comiendo chocolate y bebiendo ron, y acabaremos bailando (marcando una conga à la Bebo) al son de su música, que ha hecho que mi vida (y espero que la de muchos otros) sea mucho más divertida y emocionante.

Adiós, Bebo.


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Per Joan Anton Cararach


Se n'ha anat un gegant. No solament de la música cubana, sinó de la música en general. Perquè en Bebo anava més enllà de qualsevol etiqueta. Una tarda amb ell significava parlar sense cap solució de continuïtat del batanga, el ritme que no va triomfar perquè encara avui la seva música és massa moderna i agosarada, fins a Art Tatum, passant pels concerts de piano de Rakhmàninov i les cançons de Barbra Streisand, tres dels seus ídols. Treballar amb ell va ser sempre una font d'alegria i de coneixement.

Diuen aquells que van conèixer Duke Ellington que tenia com una mena d'aurèola. Jo no vaig conèixer Ellington, però sí que he tingut l'inoblidable honor de ser molt a prop d'en Bebo durant molts anys, des que el 1998, quan feia de periodista i va venir a Barcelona convidat per Eladio Reinón, el vaig entrevistar i quan vam acabar la conversa ell mateix li va demanar al fotògraf que ens acompanyava que ens fes una foto a tots dos. Després, com a director artístic del festival de jazz de Barcelona des del 2003 (el meu primer concert va ser una marató Bebo amb Lágrimas Negras i el duo amb el violinista Federico Britos) i de The Project, hem tingut tots nosaltres un altre honor: fer de Barcelona l'única ciutat al món on Bebo Valdés ha presentat (a l'Auditori, al Palau i al Grec) tots i cada un dels seus últims projectes.

Avui, és clar, és un dia molt trist, però també un dia alegre perquè, seguint el que ens va demanar sempre en Bebo recordant les vetlles dels morts de Quivicán, estem escoltant la seva música, estem menjant xocolata i estem bevent rom, i acabarem ballant (marcant la conga à la Bebo) al so de la seva música, que ha fet la meva vida (i espero que la de molts altres) força més divertida i emocionant.

Adiós, Bebo.

09 de març, 2013

El molde de los Valdés



No hay duda, no hay secreto: tiene que haber un molde Valdés en Cuba. Con años de diferencia, pero el mismo día, nacieron dos de los genios no sólo de la música cubana, sino de la música en general, Bebo y Chucho, padre e hijo, primogénitos ambos de sus respectivas familias. Nieto e hijo de ambos, Chuchito, también primogénito, debería asimismo haber nacido el 9 de octubre, pero, dice la leyenda familiar, un médico particularmente tozudo lo impidió. Oficialmente, Chuchito nació el 10 de octubre de 1965, sólo diez minutos después de medianoche, para desespero de su padre, Chucho. «No es el mismo día que mi papá y mi abuelo, pero al menos coincido con Thelonious Monk», bromea Chuchito.

Chuchito, que visita por primera vez en España como líder tras una visita anterior como pianista de Irakere, toca esta noche en Luz de Gas (21.00 horas) dentro del muy atractivo festival itinerante Jazz in Blue. Una ocasión para reencontrarse con amigos de la escuela como, entre muchos otros, Omar Sosa, a quien esta noche volverá a ver 30 años después de que ambos coincidieran por última vez en Cuba, y para darse a conocer en la prensa española. Ayer, también en Luz de Gas y recién llegado desde Valencia, sede de su primer concierto de esta gira española, Chuchito concedió dos entrevistas: a Jordi Oliva, de TV3, y a Núria Martotell, de El Periódico, cuyo reportaje aparece reproducido más arriba y que tiene como bonus un extenso vídeo en el que Chuchito interpreta una nueva balada todavía sin título.

Para el concierto de esta noche en Luz de Gas (21.00 horas), presentación en Barcelona del tercer eslabón pianístico del molde Valdés, Chuchito tocará en trío, con Ramsés Colón al contrabajo y Rafael Monteagudo a la batería.