Chick Corea, con sus dos invitados sorpresa en el Palau: Niño Josele y Carles Benavent (foto: Ricard Cugat).
All About Jazz publica hoy una crónica del concierto de Chick Corea el pasado sábado en el Palau, que contó con dos invitados sorpresa para el último tramo del solo concert del pianista: Niño Josele y Carles Benavent. Firmada por Enrique Turpin, empieza así:
Bien se sabe que un final de gira ofrece un alto porcentaje de inquietud al asistente a un último concierto hasta más ver. El manojo de sorpresas que deparan citas de esa índole obliga a estudiar la disposición del músico de turno y a especular con predicciones que surgen de los gestos más variopintos, de los matices más nimios, del tropismo inesperado. Una duda genérica vino a disiparse al comprobar que Chick Corea aparecía puntualísimo en escena con un atuendo negro riguroso. Un mensaje subliminal que venía a decir algo así como que no cundiera el pánico, que ninguna camisa floreada iba a distraer la atención en lo que se disponía a mostrar: las coordenadas del lugar donde reside el talento, eso que tanto cuesta explicar cuando sólo se es voluntarioso y no se tienen las armas precisas ni aguzada la sensibilidad. Por suerte, Chick se ofreció como el mejor Corea posible, amparado en la contención y la mesura.La continuación, aquí.
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